La limpieza: una terapia al alcance de tod@s.
¿Por qué limpiar? La mayoría de nosotros posiblemente responderíamos porque "hay que hacerlo, y ya. Es como comer, dormir o lavarse". Pero limpiar es mucho más. Los efectos benéficos evidentes de un lugar limpio y en orden no se sienten solo sobre lo físico y lo moral, si no que también limpiamos el espíritu.
Lavar, planchar, limpiar…, ¿un trabajo desagradable? Para algunos es casi el Nirvana! Sin ser maniáticos del estropajo, algunas personas se encuentran especialmente bien ordenando su interior.
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Efectivamente, la necesidad de limpiar y de organizar nuestros espacios de vida responde a una necesidad de regeneración. Hacer la limpieza puede transformarse en un momento de meditación cotidiana o semanal. Se trata de aprovechar para hacer un ejercicio de mindfulness. Para esto, hay que intentar hacer que la hora de la limpieza no sea un momento para intentar encontrar la solución a los problemas que nos preocupan... Es necesario concentrarse plenamente en el acto, en organizar, en estar en silencio y sobre todo, en prestar atención a lo que hacemos. Esta atención plena nos permitirá alcanzar un estado meditativo durante el que las ondas cerebrales disminuirán; de esta forma, los niveles de estrés y de ansiedad bajarán también. Es de esta manera que la limpieza puede transformarse en un ejercicio físico y espiritual completamente reparador.
Ordenar su casa para poner orden en su cabeza
Nuestra vida habitual está hecha de esas cosas insignificantes que la colman o que la pudren, de todos esos pequeños gestos que llenan nuestra vida o nos insuflan una ola de sentimiento de malestar cuando se esquivan. Es un sentimiento nada despreciable por realizado una tarea bien hecha. El efecto de la limpieza sobre el psiquismo es sorprendente: una habitación, un apartamento, un despacho limpio y ordenado es la vía hacia la paz del espíritu, el reposo, la energía, el entusiasmo, dice Dominique Loreau.
El concepto de "limpiar la casa" no tiene solo un sentido literal, ese sentido es también simbólico: el de deshacerse de las cargas emocionales, el dejar ir lo que nos es inútil. Es fácil darse cuenta de que el desorden engendra estrés y problemas.
La limpieza, en tanto que ejercicio de “consciencia plena” (mindfulness), puede aportarnos importantes beneficios y transformarse en terapia. Es por ello que hay que considerar la limpieza como un acto positivo y un ejercicio de liberación del estrés. Preparaos para realizar con una actitud diferente la tarea más universal y que tiene a menudo mala reputación.
A continuación vamos a presentar algunos ejemplos que ilustran cómo la limpieza puede jugar un rol sobre nuestro orden interior.
En algunas culturas, la limpieza del hogar es una actividad que tiene gran valor y gran importancia.
En Japón, por ejemplo, lo llaman“Oosuji”, que significa “limpiar a fondo”. Los japoneses realizan esta limpieza el 28 de diciembre para acoger el nuevo año con una casa limpia. Acumular viejos objetos que ya no nos sirven y problemas que nos fatigan da muy mala suerte para el nuevo año.
En Japón, por ejemplo, lo llaman“Oosuji”, que significa “limpiar a fondo”. Los japoneses realizan esta limpieza el 28 de diciembre para acoger el nuevo año con una casa limpia. Acumular viejos objetos que ya no nos sirven y problemas que nos fatigan da muy mala suerte para el nuevo año.
La autora Marie Kondo también nos explica en su libro La magia del orden que mantener su casa en orden influye directamente en nuestra felicidad y en nuestro bienestar mental.
La limpieza en el budismo, se concibe también la limpieza como una forma de meditación que puede ser realizada todos los días. Los monjes budistas consideran la limpieza como un ejercicio espiritual a través del cual podemos cultivar y purificar el espíritu, el alma y la vida. No olvidéis que uno de los discípulos de Buda encontró el Nirvana mientras barría. Para los budistas, nuestro entorno está conectado a nuestro ser y refleja nuestro espíritu. Explican que cuando este entorno está desordenado, nuestro espíritu también. Así, si mantenemos nuestra casa ordenada, nuestro espíritu estará claro y tranquilo. Consideran también que nuestro espíritu, cuando limpiamos, se concentra en el presente. El hecho de vivir "aquí y ahora" es una de las claves de éxito en la vida.
Keisuke Matsumoto en su libro Lecciones de limpieza de un monje budista, expone un decálogo de recomendaciones para educarnos y alcanzar nuestro bienestar a través de la limpieza.
Los profesionales de la salud afirman que limpiar puede tener un efecto relajante y servir de momento de meditación. Según la psicóloga Isabela Pérez-Luna, “limpiar y poner orden son actividades que funcionan como una catarsis y permiten deshacerse de cosas que empezamos a juzgar como superfluas”.
Los profesionales de la salud afirman que limpiar puede tener un efecto relajante y servir de momento de meditación. Según la psicóloga Isabela Pérez-Luna, “limpiar y poner orden son actividades que funcionan como una catarsis y permiten deshacerse de cosas que empezamos a juzgar como superfluas”.
Alberto Eiguer,
psiquiatra y psicoanalista que trabaja desde hace tiempo sobre la cuestión de la casa, abre una puerta: existe una relación entre el orden -poner orden, limpiar...- y el psiquismo. El primero tiene un eco directo sobre el segundo. Es el “hacer” que es importante, quien pone en marcha un proceso psíquico; dicho de otra manera, la actividad mental es
estimulada por el cuerpo, el gesto.
Anne de Chalvron, citando a la neurobiologista americana, Kelly
Lambert, explica que nuestro cerebro está acondicionado para afrontar la tareas físicas importantes y que éstas serían necesarias para nuestro equilibrio mental. Hacer la limpieza libera endorfinas que procuran calma y bienestar. Limpiando, limpiamos también nuestro psiquismo, colocamos las cosas en su lugar.
Un eco a la regla de feng shui que precisa
que todo objeto roto debe de tirarse. La limpieza es un ritual en todas las religiones y en todas las culturas, un símbolo de purificación: antes de Pascua en los ortodoxos, en primavera en los cristianos, la Pésaj en los judíos, el Aïd para los musulmanes, pero también en Japón y en China para el nuevo año. Aquí vemos una realidad universal, que no tiene nada que ver con las estadísticas o la sociología: hombre ou mujer, necesitamos orden y limpieza.
La limpieza se trata bien de una obra, de un proceso creativo, estético, como escribir o pintar. "Renovar" su casa es el camino para colocar las ideas en plaza, calma las tensiones: las cosas van unidas. La actividad doméstica engendra un placer estético, a través de la vista y del olfato.
Si esta obra es tan importante, es porque toca a algo muy personal, ya que la casa refleja nuestro "yo íntimo", asegura Alberto Eiguer. Según él, es nuestro lugar de protección, el de nuestra familia y simboliza nuestro ser. Limpiar, ordenar, decorar, es a la vez una conmemoración de lo que somos –la decoración, los objetos, las ropas, los recuerdos– y una celebración de lo íntimo, del sentido que nos enlaza a la familia, es un acto de amor, pero es también un regalo que nos ofrecemos.
El sociólogo Jean-Claude Kaufmann atesta: limpiar –refiriéndose a las cosas–, es también limpiar – refiriéndose a las personas–, constituir la familia. Es tan cierto que uno de los signos de depresión o de ciertas enfermedades físicas residen en el desinterés por las tareas domésticas. Y al contrario, un signo muy importante de activación de psiquismo, es la reanudación de las actividades simples, como ésta. Rencontrar el gusto de ocuparse de su casa, es rencontrar el gusto de uno mismo, cuidar de uno mismo.
Ordenar la habitación, por ejemplo, permite aumentar sus capacidades de concentración y de memorización y con ello luchar contra los trastornos de la concentración que son a menudo un signo de depresión.
Haciendo la limpieza, todo el cuerpo es solicitado, puesto en movimiento. Moverse permite restablecer las conexiones con el cerebro y desbloquear las crispaciones. Al contrario, vivir en un entorno en desorden, puede hacer perder la moral: la visión de un interior invadido por objetos y mal cuidado puede, en efecto, dar la sensación que no se controla ni su casa, ni su vida, insiste Dominique Loreau.
La limpieza, por el hecho de elevar la calidad de nuestro bienestar, debería de considerarse como un trabajo noble ya que puede discretamente pero eficazmente, participar a la construcción de una vida equilibrada y serena, afirma la ensayista.
¿Entonces?. ¿Gran limpieza de primavera prevista para este fin de semana?.
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